Febrero ha servido para clarificar muchos asuntos.
El blog ya no es lo que era pero se puede utilizar de más maneras.
Por ejemplo, a modo de carta bloguera.

Cada vez son menos las diferencias entre carta y artículo (¿cartículo?). Puede que a los puristas del copy esto les pueda chirriar. Pero da para una publicación el mes que viene.
Bloguero
Aunque no monetizo ninguno de mis blogs, estoy empezando a poner bloguero cuando me preguntan por mi profesión.
Mis artículos son de algo más de 300 palabras (lo mínimo para ser tenidos en cuenta por las arañas gugleras), no tienen en cuenta el SEO (para qué hacerlo con una extensión tan pequeña) y están dirigidos a los autores de las newsletters que sigo.
Ya te he comentado que sigo a mailers de correo diario. Mi comentarios no suelen superar el par de frases. Pero juntándolos todos dan para varios cartículos.
Newsletter
Continuando con la idea anterior, hay nuevas newsletters que dan mucho juego. Sigo varias de estas nuevas variedades que suelen tener la forma del boletín de noticias de toda la vida.
Una selección personalizada de noticias que dan mucho juego para la newsletter tradicional y hasta para la minimalista que es como llamo yo a la que no tiene más que texto puro y duro, sin bienvenida ni despedida, sin imágenes ni gifs, sin el larguísimo texto RGPD.
Eso sí con un enlace a darme de baja en el que no suelen enredarse mucho. Al fin y al cabo, una lista blanca es un tesoro.
Cartículo
No quería hacer un spoiler del cartículo que publicaré en marzo. Pero veo que sí merece la pena avanzar algunos pequeños detalles para centrar el tema.
La publicidad nos invade. Hasta muchas noticias parecen un anuncio publicitario. Sin embargo, recibir una carta siempre es agradable.